No sé tú, pero yo al menos ya perdí la cuenta de cuántas veces al día me lavo las manos desde que inició la pandemia. ¡Si el agua y el jabón inhabilitan la membrana de lípidos que recubre al SARS-CoV-2 y con ello no nos infectamos: pues ya está! ¡A lavarse las manos se ha dicho!
¡Pero ojo! ¡No con cualquier jabón por favor! Porque la piel es una ruta de entrada para las sustancias tóxicas presentes en muchos jabones comerciales repletos de químicos como: triclosán, parabenos, colorantes y fragancias artificiales además de sulfatos entre otros.
La absorción dérmica de los ingredientes de tu jabón se da con mayor facilidad si se cumplen las siguientes características: Humedad, frecuencia, temperatura y pequeñas heridas en la piel. Pues al lavarnos las manos se dan estos 4 factores, a menos que te guste lavarte con agua helada. ¡Así que no nos cabe duda de que debemos cuidar con qué nos estamos lavando las manos!
Muchos jabones son capaces de alterar la piel haciéndola más permeable a sustancias tóxicas. Hay un químico del cual tenemos que mantenernos alejados y desafortunadamente está en todos aquellos jabones para manos que traen la leyenda de ser ANTIBACTERIALES y se trata del TRICLOSÁN. Lo puedes comprobar al leer los ingredientes en la etiqueta.
¿Por qué debemos evitar usar productos con triclosán? Se trata de un bactericida y fungicida que detiene la propagación de bacterias. Se usa como conservador de productos para alargar su vida de anaquel y para matar lo que se encuentre a su paso cuando lo usamos en el jabón de manos. Pero se lleva a su paso las buenas y las malas baterías que viven en nuestra piel.
La exposición acumulada (cuando varios productos que usamos para limpiar nuestro cuerpo y nuestra casa lo contiene) está provocando resistencia a los medicamentos antibióticos y limpiadores antibacterianos. Las bacterias malas están mutando y se están haciendo digamos más bravas.
Se ha detectado un daño potencial por la alteración endocrina como resultado de la bioacumulación de triclosán en el cuerpo humano. Actualmente, esta sustancia química ya se ha detectado en la orina de tres cuartas partes de la población de Estados Unidos. Para acabarla de amolar, cuando el jabón con triclosán sale por los drenajes de millones de hogares, provoca contaminación de las aguas residuales y afecta la salud de la vida acuática.
Preocupados por esta situación, en Verde a la mexicana nos dimos a la tarea de elaborar desde el 2014 un jabón libre de triclosán. Tampoco invitamos a su fórmula: sulfatos, fragancia ni color artificial, así como ningún parabeno. Se trata de un jabón suave para manos, rostro y cuerpo elaborado a base de aceite de coco y gel de aloe vera. Huele delicioso y esto lo logramos añadiéndole aceite esencial grado terapéutico de clavo, canela, limón y eucalipto. Puedes encontrarlo en la tienda virtual de immi México www.immi.mx
Verde a la mexicana es una plataforma de educación ambiental en la que nos pronunciamos por un estilo de vida libre de químicos tóxicos en los productos de aseo personal y del hogar. Paralelamente hemos creado una línea para el cuidado del cuerpo, bajo la marca IMMI, donde creamos un desodorante corporal natural sin tóxicos y con causa, ya que dona parte de sus ganancias a la causa del cáncer, más de 6 millones de pesos donados desde el 2014.
Lucía Moreno
Educadora y conferencista ambiental desde 2013
Fundadora de Verde a la mexicana
Creadora de IMMI México, una marca de productos de aseo personal libre de químicos tóxicos
Premio corresposables 2018, iniciativas innovadoras y sostenibles en Iberoamérica